Por: Fabiola Peña
Gerente Ambiental de GeoPark
El cierre de año nos invita a reflexionar sobre los retos de sostenibilidad que marcan la agenda global. La COP-16, celebrada este año en Colombia, fue un espacio clave para repensar nuestra relación con la naturaleza y abordar la crisis climática y de biodiversidad. Estas son algunas reflexiones que, a punto de iniciar un nuevo año, quiero compartir con ustedes:
- Clima y biodiversidad: agendas inseparables: la lucha contra el cambio climático y la protección de la biodiversidad son objetivos complementarios e interdependientes. Sin embargo, es crucial reconocer las particularidades de cada región, sus necesidades específicas y las escalas del problema. Para Colombia, como país megadiverso pero altamente vulnerable al cambio climático, las soluciones basadas en la naturaleza (SbN) se convierten en una gran alternativa para abordar la adaptación climática, y a su vez, proteger y conservar la riqueza natural.
- Necesidad de contar con un enfoque integral hacia la naturaleza: la COP-16 nos invitó a considerar un enfoque integral de naturaleza. Valorar los ecosistemas y su conexión con las comunidades exige promover la conservación, restauración y bienestar social como un todo.
- La relevancia del conocimiento local: el conocimiento local representa una gran oportunidad para diseñar estrategias que sean tanto efectivas como inclusivas. Las acciones de restauración y conservación deben considerar también las necesidades y prioridades sociales, asegurando que el bienestar humano sea un eje transversal de estas iniciativas.
- Empresas como aliadas del cambio: por primera vez, las empresas fueron reconocidas como aliadas clave para abordar la pérdida de biodiversidad. Este enfoque basado en oportunidades, y no en la culpabilidad, abre una puerta importante para que el sector privado contribuya de manera proactiva y medible.
- Biodiversidad y transición energética: la transición hacia una economía descarbonizada no debe comprometer la biodiversidad. Ambas prioridades deben ir de la mano, por lo tanto, es clave que se puedan reconocer y caracterizar las dependencias y los impactos que los energéticos renovables y no convencionales tienen sobre la biodiversidad para poderlos gestionar apropiadamente.
- Colombia como referente global: a pesar de que las negociaciones de la COP-16 no avanzaron al ritmo que la crisis de biodiversidad exige, Colombia destacó como uno de los pocos países en presentar su Estrategia Nacional de Biodiversidad (NBSAP). La biodiversidad estuvo en el centro de todas las conversaciones, y como mencionó Manuel Rodríguez, esta COP fue «la más grande campaña de educación ambiental en la historia del país». Este legado debe trascender.
Para las empresas y para GeoPark , la COP-16 dejó grandes aprendizajes: la oportunidad de formar alianzas, aprender de experiencias de biodiversidad en la región y el mundo, y la satisfacción de saber que vamos por el camino correcto en nuestra visión de naturaleza, gestionando de manera responsable el agua, la biodiversidad y su impacto en las comunidades donde operamos. Sin embargo, también nos recuerda que el trabajo por hacer es inmenso y apremiante.
Quiero aprovechar el cierre del año para reafirmar nuestro compromiso con la sostenibilidad, confiados en que los aprendizajes de la COP-16 serán una guía para seguir creando y compartiendo prosperidad con un enfoque centrado en la naturaleza y el bienestar colectivo.